Papa Francisco termina primer día en Papua Nueva Guinea ayudando a poblaciones desfavorecidas

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El Papa Francisco concluyó su primer día completo en Papúa Nueva Guinea el sábado, enfatizando la necesidad de una Iglesia Católica que ayude a las áreas vulnerables como parte de una visita prolongada a Asia.

Instó a los líderes de la iglesia en Port Moresby a concentrarse en las “periferias de este país” y en las áreas metropolitanas más pobres.

Dijo que la iglesia apoyará a cualquier persona perjudicada “moral y físicamente” por “prejuicios y supersticiones”. Dada la alta tasa de agresiones sexuales, Human Rights Watch sitúa a Papúa Nueva Guinea entre los países más peligrosos para las mujeres y las niñas.

Francisco habló en el Santuario de María Auxiliadora, donde los católicos realizan actividades humanitarias y educativas.

Anteriormente había visitado la Escuela Técnica Secundaria Caritas para niñas empobrecidas y los servicios de “ministerio callejero” y “Servicios Callan”, que atienden a los necesitados y discapacitados.

Dada la injusticia y brutalidad que enfrentan las mujeres en Papúa Nueva Guinea, su visita a la escuela de niñas fue crucial. Dos damas ministeriales se dirigieron a Francisco en el santuario.

El papa repitió su llamado a obispos y sacerdotes en Papúa Nueva Guinea para que sigan el “estilo de Dios”, que es “cercanía, ternura y compasión”.

Terminó agradeciendo a la congregación fuera de la iglesia en inglés por su paciencia y los bendijo. Bromeó diciendo: “oren por mí, y no en mi contra”.

Francisco se mostró feliz y fue recibido en todas partes por tribus de Papúa Nueva Guinea con trajes nativos coloridos, cantando y bailando.

Uno de sus viajes más largos como papa, el octogenario de 87 años está visitando cuatro naciones del sudeste asiático y del Pacífico Sur, incluidos Timor Oriental y Singapur, durante 12 días.

El mensaje del Papa Francisco en su visita a Papúa Nueva Guinea se centró en la importancia de ayudar a las poblaciones más vulnerables y marginadas. En un país donde las tasas de agresiones sexuales son alarmantemente altas y las mujeres y niñas enfrentan injusticias y brutalidades, su llamado a la Iglesia Católica local para que se involucre activamente en apoyo a estas comunidades necesitadas fue un recordatorio poderoso de los valores de compasión y solidaridad que la iglesia aboga.

En su discurso en el Santuario de María Auxiliadora, Francisco enfatizó la importancia de la cercanía, la ternura y la compasión en la labor de la Iglesia. Animó a los líderes eclesiásticos a no olvidar las periferias de la sociedad, donde la pobreza y la marginalización son endémicas.

La visita del Papa a la Escuela Técnica Secundaria Caritas para niñas empobrecidas y a los servicios de ministerio callejero y discapacitados subrayó su compromiso con los más necesitados. Al dirigirse a las jóvenes estudiantes, reconoció los desafíos que enfrentan y les proporcionó un mensaje de esperanza y empoderamiento.

A medida que el Papa Francisco recorre las coloridas tribus de Papúa Nueva Guinea, su presencia simboliza una luz de esperanza para una comunidad que ha soportado muchas dificultades. Con una sonrisa en su rostro y palabras de aliento en su corazón, el Papa es recibido cálidamente por aquellos que anhelan su guía y apoyo.

En un mundo lleno de desafíos y adversidades, el mensaje de compasión y amor del Papa Francisco resuena con fuerza en los corazones de aquellos que buscan consuelo y esperanza. Con cada paso que da en su viaje por Papúa Nueva Guinea, el Papa ilumina la vida de los marginados y aboga por un mundo más justo y solidario.

En este marco, la visita del Papa Francisco a Papúa Nueva Guinea se convierte en un recordatorio conmovedor de la importancia de la empatía y la compasión en un mundo que muchas veces parece estar dominado por la indiferencia y la crueldad. Al abogar por los más vulnerables y marginados, el Papa da voz a aquellos que han sido silenciados y olvidados, recordándonos la necesidad de estar siempre del lado de los que sufren y necesitan ayuda.

En resumen, la misión del Papa Francisco en Papúa Nueva Guinea es un testimonio conmovedor del poder de la fe y la solidaridad para transformar vidas y comunidades. En un mundo marcado por la división y el sufrimiento, su mensaje de amor y compasión resuena con fuerza, recordándonos a todos la importancia de estar siempre del lado de los más necesitados y vulnerables.